Hará cosa de
treinta años, preguntado Camilo José Cela sobre quién sabe qué cuestión, dio la
siguiente respuesta: A las mujeres, en este país, se les toca poco el culo,
y ¡santo Dios, la que se armó!
Aunque la
mayoría de la gente celebró la expresión como propia de la recia tradición
carpetovetónica del autor (y del país), buena parte de ella se dio por aludida,
y excuso decir cómo pusieron al autor de la frase, que hay personas muy
estrictas, y durante aquellas iniciales eras de la progresía no se
permitían ciertas bromitas y estas cosas se llevaban a rajatabla.
Pues bien,
cuando aún no ha transcurrido tanto tiempo, semejantes actitudes se han
generalizado, o se ven de otra manera, y desde luego han perdido parte de su
importancia, prueba de lo cual es que hoy se exhiben con asiduidad en espacios
públicos, como puede verse en la siguiente fotografía, que bien podría llamarse
Mirando al mar y a don Camilo le hubiera encantado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario