En los tiempos antiguos, cuando no se utilizaba la electricidad más que como curiosidad de salones (los papeles danzantes, por ejemplo), las noticias se propagaban merced a ingeniosos artefactos mecánicos. Uno de ellos era la red de torres del telégrafo, una de las cuales se puede ver en la imagen.
Se trata de torres de piedra dispuestas a trechos más o menos regulares en cerros de la llanura. Sobre ellas se levantaba uno o varios mástiles de madera, de los cuales sobresalían unos maderos (u otro tipo de mecanismos) que, mediante cuerdas, se podían mostrar u ocultar, y con ellos y sus combinaciones se simbolizaban las letras que contenía el mensaje o el código que se quería transmitir. Estos artefactos prestaron servicio hasta la llegada del telégrafo eléctrico, hacia 1860.
Todavía permanecen algunas en la llanura castellana (y en otros lugares de España), como esta que se ve aquí, que está en las proximidades de Coca, en la provincia de Segovia, aunque de ellas no quedan más que las paredes de piedra. El resto, es decir, las habitaciones que contenía para los fareros, o el mismo mástil y sus mecanismos, han desaparecido por completo. Es seguro que entre sus muros, que fueron construidos como fortalezas, se desarrollaron mil y una historias de amor y otras clases, ¿quién sabe?..., pues aquello albergó sin duda una población variopinta que día tras días debía batallar contra el clima, las guerras...
En los años 50 y 60 del pasado siglo aún se podían contemplar alineaciones de sus restos en las provincias de Valladolid y Segovia (e imagino que en otros lugares), formando una línea paralela a la entonces llamada carretera de La Coruña, hoy autopista.
Para más información se puede ver esto:
Otras movidas de Camargo Rain (pero estas sólo para elegidos) pueden verse AQUÍ
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