Hoy no hablo de libros, sino de algo parecido.
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En VERANO (y en INVIERNO) hay que
hacer mucho GAZPACHO, que es muy bueno para la SALUD (y para las RESACAS).
Además, se puede tomar para comer, que es lo clásico, pero también para cenar (cena ligera y apropiada para los
que duermen mal);
para desayunar (en ese momento es cuando mejor está), para
merendar y entre horas; es decir, cuando a usted le dé la gana, pues se sitúa a
medias entre una medicina exquisita y la codiciada pócima de la perenne
juventud, eso de lo que tanto se habla pero nadie sabe dónde está. Si le das
duramente y sin desmayo, vas rejuveneciendo, y al final se te queda este
aspecto, más o menos.
PROCEDIMIENTO
En un cacharro grande se echa un kilo de tomates rotos, dos pimientos verdes rotos, uno rojo y mediano, una cebolla gorda en trozos, dos o tres dientes de ajo, un pepino pelado y en rodajas, pan duro a su gusto y bastante aceite del mejor, amén de sal y algo de vinagre. Se mete la minipimer y se licúa todo lo que se pueda. También se puede usar la túrmix, si se dispone de ella, o la termomix. A continuación se pasa por el pasapuré para quitarle todo lo que sobre, las pieles sobre todo, pero este paso es optativo: la túrmix lo deja suficientemente líquido, y las pieles tienen muchas vitaminas.
El líquido que sale es el gazpacho. Cuando está bien líquido (si se pasa dos veces por el pasapuré queda mucho más fino) se prueba y se añade aceite, vinagre y sal, si es necesario. Se vuelve a meter la minipimer para que se mezcle todo bien y se pone a punto (de grosor) echándole más o menos agua o hielo. Esto es a gusto de cada cual: a unos les gusta más líquido y a otros más espeso.
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